Valledupar, septiembre 7 de 2018.- Tuvo lugar en Valledupar el lanzamiento del Grupo de Diálogos improbables del Cesar del cual hacen parte ciudadanos de este departamento, de distintas posiciones ideológicas y sociales, que se han unido para superar las diferencias y alcanzar las transformaciones requeridas para el desarrollo de la región. Al encuentro fueron invitadas algunas personas que ejercen liderazgo desde diferentes sectores, entre las cuales asistieron periodistas quienes adquirieron el compromiso de ser partícipes y aplicar los principios de convivencia establecidos como cimientos para contribuir a la reconciliación, a la construcción colectiva de la verdad, y al desarrollo y bienestar de la sociedad. Estos son los principios o decálogo: la vida es sagrada, la no violencia es la opción, las diferencias son nuestra mayor riqueza, el diálogo es el camino, la participación fortalece la democracia, la promoción del pensamiento crítico, lo público se respeta, igualdad de derechos, la naturaleza se respeta, la cultura como fuente de cohesión.
El Grupo de Diálogos improbables del Cesar está integrado por Alma Castro, Alvaro José Soto, Amaury Padilla, Ana Isabel Oñate, Ana María Ferrer, Ana María Osorio, Aníbal José Ariza, Antonio Calvo Silva, Carlos César Silva, Darling Guevara, Diego Bautista, Edilma Loperena, Gustavo Cabas, Icela Durán, Jaime Palmera, Jorge Rodrigo Tovar, José Chona, José Luis Peralta Pacheco, Juan Carlos Quintero, Leonor Zalabata, Lype Perea, María Victoria Saade, Nancy Daza Díaz, Oscar Daza Laverde, Hernán Felipe Araújo Ariza, Rodolfo Quintero, Simón Martínez, Víctor Montaño. Cada uno se refirió a su participación y los avances obtenidos a pesar del escepticismo reinante en sus inicios.
Por su parte, Juan Carlos Quintero, expresó que lograron la identificación de dos temas fundamentales: el medio ambiente y el desarrollo productivo, destacando que la actividad agropecuaria y la minera están en correspondencia con el medio ambiente. De igual modo, hizo énfasis en la cultura en todas sus expresiones y la educación como eje transformador. Finalmente indicó: «aspiramos a desarrollar una agenda e ir identificando enfoques de estos dos grandes temas».
Comunicado de prensa:
De manera confidencial desde hace más de un año, y gracias a la iniciativa de la Plataforma Diálogos Improbables, 27 ciudadanos cesarenses, todos de orillas diversas y opuestas, representantes de sectores políticos, empresariales, académicos, sociales, de mujeres, comunitarios e indígenas, se han estado reuniendo para dialogar en torno a las transformaciones que se requieren para el desarrollo de la región, en primer lugar sobre los retos que tiene esta sociedad para lograr la convivencia a pesar de las grandes diferencias, y para abordar temas que son críticos para el futuro y el desarrollo de la región, pero sobre los cuales hay distintas posiciones.
El objetivo de este espacio de intercambio, es posicionar el diálogo entre opuestos en la agenda pública del departamento y del país, como un mecanismo idóneo para el fortalecimiento de la democracia y el Estado Social de Derecho. Por eso este grupo de ciudadanos cesarenses se pusieron de acuerdo en proponerle a todos los ciudadanos del departamento 10 principios de convivencia que abordan temáticas como por ejemplo “la vida es sagrada”, “lo público se respeta”, o “el diálogo es el camino”, que sirven como cimientos para cambiar la forma en la que se relacionan los cesarenses, y que faciliten impulsar diálogos complejos pero necesarios en el Cesar de una manera más constructiva.
Los ciudadanos interesados en suscribir los principios, pueden hacerlo a través de http://www.dialogosimprobables.net.
Dialogar entre distintos no fue sencillo, pero fueron capaces de reconocer al otro, con sus historias y dolores, sin poner por encima las propias. Tomó tiempo y fue muy exigente. Desde la convocatoria misma el proceso sufrió dificultades. Muchos de los convocados no creyeron en la idea. Les pareció ingenua e irreal. La iniciativa de diálogos improbables ve exitoso el acompañamiento al proceso en el departamento, donde se ha materializado, después de un año, que sí es posible el dialogo en la diferencia. Pero no solo eso, sino que también es posible llegar a acuerdos concretos en temas de convivencia e identificación de potenciales fuentes de conflicto. Pero adicionalmente se han conseguido unos logros intangibles como el reconocimiento desde lo humano entre los participantes, que en otras circunstancias -por sus trayectorias de vida y por sus posturas políticas- nunca habrían interactuado o dialogado constructivamente en espacios comunes, a pesar de vivir en la misma región. También se ha llegado a acuerdos y consensos alrededor de temas fundamentales del Cesar entre personas con posturas ideológicas y orígenes sociales muy diferentes que permitan el logro de puntos comunes que coadyuven a la institucionalidad local en asuntos estratégicos de su territorio y fortalezcan su interlocución con la institucionalidad del nivel central
¿Por qué un proceso de diálogos improbables en el Cesar? Los participantes han reconocido que el departamento del Cesar es una región que ha vivido transformaciones positivas para la población y su calidad de vida, también ha vivido una historia marcada por desigualdades, estigmatizaciones, pobreza, exclusión e intolerancia, agravadas por un conflicto que generó muertes, secuestros, amenazas, masacres, desplazamiento, y con estos hechos, angustia, incertidumbre y desesperanza para muchas familias. Un conflicto que disminuyó las oportunidades de miles de personas para decidir sobre su futuro, donde muchos tuvieron que renunciar a sus sueños, dejar de hacer la labor que amaban, irse de la región o del país, e incluso asumir roles que antes no hubieran considerado. Que generó daños irreparables a la naturaleza y despilfarró recursos económicos que pudieron invertirse en el bienestar de la población, con instituciones permeadas por la corrupción y los grupos al margen de la ley, generando niveles de inseguridad y desprotección en la sociedad. Pero que, no obstante, en medio del dolor y el sufrimiento, sus habitantes indígenas, afrodescendientes, campesinos, hombres, mujeres y niños, han sobrevivido como comunidad, resistieron el conflicto armado y hoy esperan vivir en un país en donde la verdad, la justicia, la reparación, y el compromiso de no repetición sean una realidad. Pero lograrlo no es fácil, porque estas adversidades han fragmentado al Cesar, así como lo han hecho en otras regiones del país y han dividido comunidades y enfrentado familias amigas, rompiendo los lazos de confianza y solidaridad. Hoy hay en marcha en el país diferentes iniciativas de diálogo, pero es escasa la existencia o promoción de espacios no institucionales en el nivel territorial, que congreguen liderazgos locales de alto nivel alrededor de los desafíos del posconflicto o de temáticas potencialmente conflictivas en el futuro inmediato de sus regiones. Ya se ha iniciado el camino, y el grupo de diálogos improbables está invitando a todos sus líderes y ciudadanos para se sumen a esta iniciativa y que el Cesar sea el departamento pionero en el país.