La Diosa del foclor

consuelo-araujonoguera-la-pilonera-mayorPor: José Atuesta Mindiola                      

I

En una noche soñé

que se secaba una fuente,

ahí llegaba la gente

a preguntarse por qué;

al despertarme lloré,

cuando un amigo escritor

me comenta con dolor

la muerte de La Cacica

el alma se me hizo triza

por la diosa del folclor.

 

II

En las manos los pañuelos

como las palomas blancas,

querían desde la Plaza

volar contigo hasta el cielo.

Adiós Cacica Consuelo

vivirás en la memoria,

ya te ganaste la gloria

de Dios el Omnipotente.

eres leyenda viviente,

naciste pa’ hacer historia.

 

III

Con su firmeza tajante,

pero sin perder la calma

pregonaba con el alma

que la paz es imperante.

Convocaba a comandantes

de los grupos subversivos

a meditar los motivos

por esta guerra maldita.

Porque el país necesita

de los hombres reflexivos.

 

IV

Consuelo madre querida

de esta música inmortal,

Tú la hiciste universal

y le entregaste la vida.

Con una vela prendida

buscaba tu corazón

música de acordeón

con esencia vallenata,

y el pueblo a ti te relata

como diosa del folclor.

LA PILONERA MAYOR

 

I

En las tardes piloneras

de abril en sus amoríos,

el perfume era un rocío

de flores en su pollera.

La música es primavera

y al alma rejuvenece:

la trinitaria florece

como una estrella en el cielo,

y al recordarte Consuelo

Valledupar se enternece.

II

Al recordarte Consuelo

Valledupar se enternece,

suave en el viento se mece

un  ave de blanco vuelo,

y se siente en este suelo

el palpitar de canciones,

las notas de acordeones

en lluvia de melodías,

y una larga sinfonía

recorre las emociones.

III

Una larga sinfonía

recorre las emociones,

y el rebuje de tambores

es la memoria del día.

Desfiles de algarabía

en esta tierra de amor

y en la voz del trovador

un verso suena otra vez:

Consuelo, Consuelo Inés,

La Pilonera Mayor.

IV

La Pilonera Mayor,

Consuelo, Consuelo Inés

que hace tiempo se nos fue,

bella Diosa del folclor;

era un ramillete en flor

perfumando su pollera,

en tardes de primavera

de abril en sus amoríos.

La música como el río

bañaba su cabellera.

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