Alrededor de 15 años tenía Alaín Romero Arias de estar desempeñándose como taxista en la ciudad de Valledupar. Sus familiares afirman que los delincuentes tenían como propósito hurtar el vehículo pero no pudieron cumplir con su cometido y decidieron acabar con su vida.
Trabajador, honesto, así lo califican compañeros del gremio quienes le profesaban cariño y respeto. Los mismos que protestaron por el hecho, por la inseguridad reinante en la ciudad.