Por: Stella De Ávila Escobar- Psicóloga. Coach con programación Neurolingüística
Cómo criar hijos con mayor capacidad de afrontamiento ante los desafíos de la vida, siendo la capacidad de afrontamiento una de las condiciones más importantes en un ser humano para superar obstáculos y alcanzar metas. Como padres o adultos que formamos parte de un núcleo familiar es necesario comprender la importancia de trabajar en el desarrollo y fortalecimiento de esta habilidad en los niños y jóvenes, así estarán mejor dotados para enfrentar los desafíos de un entorno cada vez más exigente.
Aunque el comportamiento humano no se puede encasillar porque la percepción del mundo en cada individuo es diferente, siempre existe la variable del libre albedrío. El Psiquiatra y Neurólogo Austriaco Viktor E. Frankl, fundador de la Logoterapia sostiene: “independientemente de las circunstancias que cada ser humano tenga que enfrentar por difíciles que sean, la diferencia que hace la diferencia entre sucumbir o salir adelante, es la capacidad de afrontamiento que logre desarrollar”.
Estas afirmaciones están basadas en la investigación que hizo cuando se encontraba cautivo en un campo de concentración alemán en la segunda guerra mundial.
Contrariamente a lo que se puede suponer muchos de los que sobrevivieron a tan duras condiciones no fueron ni los más fuertes, ni los más jóvenes. El factor común que encontró en estas personas fue: la certeza que dentro de ellos existía la capacidad para poder enfrentar cualquier circunstancia por difícil que fuera; sin importar los resultados seguían adelante. Un amor inquebrantable por la vida y sostenían en su mente, en su corazón, una ilusión, un sueño por alcanzar.
Cada generación enfrenta sus propios desafíos, un número indeterminado de variables que harán de sus vidas una aventura de aprendizajes, no solo para los jóvenes, sino para sus antecesores que deberán replantear creencias, costumbres y percepciones de la realidad para poder hacer acompañamiento en una formación positiva.
Los valores, las maneras de ver y enfrentar la vida, será la plataforma desde donde se desarrollarán los futuros adultos que manejarán la sociedad.
Los medios electrónicos y las redes sociales han abierto un universo de posibilidades donde la información se obtiene al instante. Un servicio maravilloso que ha puesto el mundo en nuestras manos pero esa misma facilidad de acceso a las comunicaciones, a las redes sociales, además de facilitar las interacciones y el conocimiento, es también un campo abierto donde abundan los depredadores al acecho.
La Web es como la calle, dejar un niño solo en ella por mucho tiempo sin supervisión puede ser muy peligroso.
Los niños y los adolescentes son muy vulnerables porque están en la búsqueda de su independencia, de afianzar su autovaloración, su personalidad.
En esta etapa los niños expanden sus fronteras más allá del círculo de la familia. Pero indudablemente el núcleo familiar es de gran importancia para forjar en ellos la capacidad de afrontamiento que les permitirá enfrentar los desafíos y darles sana resolución.
Familias tóxicas donde la falta de amor, la crítica constante, la burla, la discriminación, la indiferencia, la violencia física o verbal. O, familias de padres ausentes, generan espacios de soledad que producen en los niños un profundo vacío afectivo. Sentimientos de desamparo, de insatisfacción, deseos dolorosos de ser aceptados, amados. Y eso los vuelve vulnerables al abuso, fáciles presas de cualquiera que les ofrezca atención, reconocimiento, y para lograrlo en algunos casos si se les exige, pueden llegar hasta auto agredirse.
Ante las tristes circunstancias que estamos presenciando como son juegos con tendencias destructivas y suicidios de jóvenes y niños cada vez de menos edad, es necesario que como personas y como miembros de un núcleo familiar tomemos consciencia de lo importante que es fortalecer los vínculos afectivos.
Educar a los hijos en el amor no es una fórmula mágica pero si les dará mejores habilidades para enfrentar la vida.
La autoridad paterna y materna deben generar un balance, equilibrio en la formación de los hijos basados en:
Afecto- Para dar seguridad
Disciplina- Para trazar límites
Firmeza- Para fortalecer la voluntad
Tolerancia- Formando en el respeto
Ternura- Para guiar por el camino del amor.
Siete reglas que ayudan a educar los hijos desde el amor
- Permíteles ser ellos mismos, ser auténticos. Acéptalos como son y así ellos aprenderán a amarse, a aceptarse. Bájale a las expectativas. Ellos no nacieron para ser lo que quieres que sean, o para halagar tu vanidad. Ellos vinieron para ser lo que puedan o quieran llegar a ser.
- Trátalos con respeto, consideración. Enséñalos a través del ejemplo y exige de ellos el mismo comportamiento. Si se equivocan ayúdalos a encontrar el error y dales la posibilidad de remediarlo, no solo será una excelente oportunidad de aprendizaje sino que ayudará a la comprensión de lo que significa responsabilidad. Aprenderá a reconocer sus fallas, a esforzarse por mejorar, por alcanzar sus metas. Perseverancia positiva, produce hijos positivos
- Construye puentes de comunicación. Dales confianza para que puedan expresar lo que piensan y sienten. Enséñales a reconocer y a nombrar sus emociones y no te sorprendas cuando las puedan expresar, al contrario guíalos para que sepan qué hacer con ellas.
- Nunca los compares con nada ni con nadie. Cada ser humano tiene capacidades, talentos únicos y un ritmo de aprendizaje diferente. Si los sabes guiar, encontraran dentro de sí aquello que los hace irrepetibles y valiosos. Cada ser humano tiene sus propios valores, talentos. Ayúdalos a definir sus prioridades. Así será más fácil para ellos encontrar su camino, su lugar en el mundo. Y por ende su autorrealización.
- Cuando les digas que los amas hazlo mirándolos a los ojos, abrázalos, dales cariño. Que tu actitud mental, emocional y física trasmitan el mensaje afectivo para que ellos lo sientan real y profundo.
El perdón es lo más positivo de la vida. Nos enseña a cerrar ciclos, a desarrollar la compasión, la tolerancia y el sentido de humildad.
Aprende a pedir perdón y a perdonar cuando sea necesario. La vida es un largo camino de aprendizaje donde la crianza y el acompañamiento a los hijos, es la escuela más efectiva para crecer en el amor
- Traza límites para comprometerte y para exigir que los cumplan. Horas de llegada, de comer juntos, normas de convivencia, reglas por cumplir. Sin que sean rígidas deben ser en lo posible respetadas. Esto crea sentido de compromiso, fortalece la voluntad. Así aprenderán a cumplir, a aceptar, a reconocer deberes, a respetar la autoridad, a controlar los impulsos, a crear resistencia ante la frustración.
- Fórmalos en el respeto. Muéstrales con el ejemplo a tratar con consideración a valorar los sentimientos de los demás como los propios. Enséñales cuáles son sus derechos pero no olvides indicarles que a cada derecho lo antecede un deber. Dedícale a cada hijo el espacio y el tiempo necesario para hacerlo sentir que es parte importante del núcleo familiar.
Por ultimo:
Hagan del hogar un lugar de armonía, de paz. Un refugio donde puedan descansar, sentirse cómodos, donde provoque estar, compartir, reír.
Construyan espacios de vida en familia para fortalecer lazos y formar en los hijos un profundo sentido de identidad.
Almuerzos de domingo, cenas familiares, cumpleaños, fiestas importantes con otros familiares para que estos lazos afectivos sean la paredes que formen el edificio del amor que les de su valor personal.
“Un árbol con raíces profundas, podrá soportar de pie
El más furioso huracán”