Valledupar, marzo 13 de 2016.- Laura Marcela Deluquez Peinado, de 27 años, administradora de empresas de la Universidad Popular del Cesar, fue asesinada por su esposo alrededor de las 9:30 de la noche de ayer, en su residencia en el barrio Don Carmelo.
La víctima sostuvo un noviazgo durante 7 años con Carlos Alfonso Mejía y llevaba cerca de un año de casada. Laura Marcela en el mes de diciembre le contó a su madre, residenciada en Bogotá, algunos aspectos de la vida atormentada que llevaba al lado del agresor. Ella le habría aconsejado la separación.
La situación se tornó tensa cuando Laura Marcela le reclamó a su esposo acerca de una relación que sostenía con otra mujer y le respondió con golpes e improperios. De inmediato ella le comunicó su decisión de no continuar y de marcharse. El agresor salió de la casa mientras ella se dedicó a empacar sus pertenencias. Y presintiendo lo que iba a suceder grabó un video con su teléfono celular donde dejó sus últimas palabras. Ahora, en poder de la Fiscalía.
El regresó con un revólver y le disparó. Tras verla ensangrentada la trasladó a una clínica de la ciudad y luego emprendió la huida.
David, hermano por parte de padre, aseguró que no gustaban de Carlos Alfonso Mejía porque no la trataba bien: “era celoso y muy posesivo”. Dijo que sabían que había trabajado como paramédico en el mismo centro asistencial donde la llevó.
Al referirse a su hermana destacó que era una mujer con aspiraciones, trabajadora, muy juiciosa; había hecho sus prácticas en la Gobernación del Cesar.
Siempre anheló conformar un hogar. Cuando quedó embarazada manifestó que era un milagro. Y contrajo matrimonio con quien hoy es prófugo y de manera absurda le truncó los sueños arrebatándole la vida y dejando huérfano a un hermoso niño de seis meses de nacido.
Mañana a las 10:30 de la mañana , la Red de Voceras y Voceros de la campaña “Párala ya, nada justifica la violencia contra la mujer”, realizará un plantón frente a la Alcaldía de Valledupar para protestar por casos como estos que siguen aconteciendo sin que haya políticas públicas que verdaderamente las protejan, castiguen severamente a los agresores y le brinden apoyo y seguridad a las denunciantes.